El 27 de julio, la Secretaría del BID abrió el proceso de propuesta de candidaturas, para la elección de su próximo presidente, entre el 12 y el 13 de septiembre, aunque algunos sectores plantean conveniente posponerla hasta después de la contienda presidencial de noviembre en EE. UU. Es así que Argentina, Chile, México y la UE, exigen elegir a la máxima autoridad del Banco Interamericano de Desarrollo en el mes de marzo y no en septiembre como estaba previsto.

Estos Gobiernos se han manifestado a favor de aplazar la elección del próximo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) debido a que consideran que, en medio de la pandemia de coronavirus, no es apropiado que se discuta su designación de manera virtual.

Lo particular en esta ocasión es que, por primera vez, el Gobierno de EE. UU. ha postulado a un candidato para ocupar ese puesto, Mauricio Claver Carone, ya que desde la creación del organismo en 1959 hasta la fecha ese cargo viene siendo desempeñado por un latinoamericano.

Mauricio Claver-Carone, asesor y la opción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es el favorito actual para ocupar el puesto en el BID y es conocido por su postura crítica con Cuba y Venezuela.

El candidato se convertiría en la primera persona de fuera de América Latina en liderar el BID, que tiene su sede en Washington y es una institución hermana del Fondo Monetario Internacional.

A través de su cuenta de Twitter, el canciller argentino, Felipe Solá, dijo: “Queremos que se postergue hasta marzo la Asamblea que elegirá al nuevo presidente del BID. Estamos inmóviles por la pandemia y una elección crucial debe hacerse en forma presencial, como corresponde. Mantenemos a nuestro candidato, Gustavo Beliz”.

Los Gobiernos de México y Chile junto a la Unión Europea habían solicitado el aplazamiento del proceso de elección. “Para la reconstrucción en nuestras economías es fundamental tener una visión latinoamericana en el BID porque somos los más golpeados económicamente”.

¿Cómo se eligen los presidentes del BID?

  • El presidente del BID es elegido por la Asamblea de Gobernadores (máxima autoridad) para ejercer funciones durante un periodo de cinco años.
  • El Banco tiene 26 países miembros prestatarios en América Latina y el Caribe, además de Japón, Canadá, y miembros de la Unión Europea y de EE. UU. El candidato a presidente debe recibir el apoyo de la mayoría absoluta del poder de sufragio del Banco, así como también una mayoría absoluta del número de países miembros de las Américas.
  • El poder de voto de cada gobernador es directamente proporcional al capital social que el país suscribe a la institución: Latinoamérica y el Caribe tienen 50,015 % de los votos. Dentro de ese porcentaje, Argentina y Brasil tienen 11%, respectivamente, México les sigue con 7%, Chile, Colombia y Venezuela 3%,2 Perú 1,5% y Uruguay 1,2%; a nivel mundial, EE. UU. tiene 30% de los votos, Canadá 4%, Japón 5% y España e Italia tienen 1,9%.

 

¿Quién es Claver Carone?

  • Director senior para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional estadounidense.
  • Abogado, miembro del lobby anticastrista de mayor influencia en el círculo del presidente Donald Trump.
  • Desde el inicio de su mandato, fue designado por Trump para integrar un equipo de personas que desde el Departamento del Tesoro tiene la potestad, junto al Departamento de Comercio, de evaluar la aplicación o flexibilización del bloqueo y las eventuales sanciones a quienes lo incumplan, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
  • Claver Carone ya había trabajado como asesor del Departamento del Tesoro bajo la administración de Bush hijo.
  • Durante su tiempo en la Casa Blanca, encabezó la iniciativa de Crecimiento de las Américas (“América Crece”) para el desarrollo de energía e infraestructuras regionales. Desempeñó un papel importante en el desarrollo de la Ley Bipartidista de Mejor Utilización de las Inversiones para el Desarrollo de 2018, (Ley BUILD) que creó la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de EE. UU. Todos estos puestos lo relacionan con las tareas del ámbito del BID.
  • Tiene, asimismo, experiencia en la representación de EE. UU. ante organismos internacionales. Fue director ejecutivo interino de EE. UU. ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), cargo desde el cual apoyó el préstamo de 57.000 millones de dólares para Argentina, durante el Gobierno de Mauricio Macri.
  • Es partidario de la línea dura hacia Cuba, lo que implica revertir el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas iniciado bajo la administración Obama. Gracias a su blog Capitol Hill Cubans, donde se posicionó en contra de cualquier tipo de política que distendiera las relaciones entre EE. UU. y Cuba, se dio a conocer entre los círculos de Washington interesados en el tema cubano.
  • Ha donado fondos a las campañas de dos connotados legisladores del lobby anticastrista, Marco Rubio y Mario Díaz-Balart.
  • Ha trabajado como profesor adjunto en las facultades de Derecho de la Universidad Católica de América y la Universidad George Washington.
  • En una entrevista reciente declaró que su intención al candidatearse es movilizar el capital en este momento de crisis y poder unir a la región bajo el liderazgo de EE. UU.

 

¿Quién apoya la postulación de Carone y qué se juega en la Presidencia del BID?

  • La postulación de Claver Carone ya tiene el apoyo de Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Honduras y Haití.
  • Aunque Brasil presentó su propio candidato, Claver Carone asegura que también cuenta con el apoyo de dicho país.

 

La importancia del BID

  • Es el mayor banco regional del mundo y es la fuente principal de financiamiento para proyectos de desarrollo económico, social e institucional del Caribe y de América Latina.
  • Realiza préstamos por 12 mil millones de dólares anuales, aproximadamente.
  • Está compuesto por 47 países miembros, que incluyen a 26 países de la región, además de Canadá, EE. UU. y 19 países no regionales, entre ellos, China.
  • El principal tipo de préstamo brindado por el BID es el de garantía soberana, que implica financiamiento a los gobiernos y a las instituciones controladas estos para apoyar el desarrollo y proyectos sociales (implican endeudamiento).
  • Los principales países con proyectos del BID con garantía soberana son Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Ecuador.
  • Principales países con proyectos del BID no reembolsables y donaciones: Colombia, Brasil, Panamá, Honduras, Argentina y República Dominicana.
  • Principales rubros que financia: reformas y modernización del Estado, transporte, energía, desarrollo urbano y vivienda, agua y sanitización, inversión social, empresas privadas y desarrollo de PYME, medio ambiente y desastres naturales.

 

Trump y el BID en la disputa financiera y económica con China

  • Es clave destacar que los gobiernos republicanos, en vez de asistencia (como suelen proponer los demócratas), apuestan por la inversión. Antecedente: “Empresa para las Américas” de la administración de Bush padre, que refrescó fondos para el BID a finales de los ’80 y lo reestructuró de la mano de Enrique Iglesias.
  • En 2016, desde que comenzó el Gobierno de Trump, EE. UU. no hizo aportaciones al BID.
  • Sin embargo, tras el anuncio de la BUILD ACT en 2018, la administración Trump reconfiguró el financiamiento externo para canalizar financiamiento vía la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (DFC), hasta entonces conocida como Corporación para la Inversión Privada en el Extranjero (OPIC).
  • En 2019, la OPIC, junto con el BID, firmaron un memorándum de entendimiento para financiar proyectos de desarrollo en América Latina.
  • La nueva OPIC cuenta con un presupuesto de 60 mil millones de dólares y trabajará en coordinación con el Departamento de Tesoro, la Agencia de Comercio y Desarrollo de los Estados Unidos (USTDA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
  • A través del BID puede darse curso al financiamiento a estos proyectos, que ya cuentan con 3 mil millones de dólares para el periodo 2019-2024, con capacidad para incrementar a 5 mil millones.
  • Los sectores target son los de infraestructura: transporte, agua, energía, saneamiento, infraestructura social (salud y educación), sectores en los cuales China viene invirtiendo de modo constante en los últimos diez años, según el “China Global Investment Tracker” del American Enterprise Institute y Heritage Foundation.
  • Existe un aumento en la inversión china en estos sectores desde 2010 hasta 2019, en: Brasil (68.650 millones de dólares), Perú (28.240), Argentina (25.170), Venezuela (20.280), Ecuador (12.940). Destacan las inversiones en energía (37.190 millones de dólares), Transporte (21.590) y Agricultura (7.300).

 

Opinión experta sobre la postulación de Claver Carone para el BID y América Latina

  • Council on Foreign Relations (opinión de sede CFR México): la postulación de Carone indica una falta de unión en América Latina.
  • Wilson Center: el fracaso de los latinoamericanos en consensuar un candidato abrió la puerta para una propuesta alternativa. Sin embargo, el perfil de Claver Carone no es el indicado para resolver la profunda crisis económica de la región. La Casa Blanca ha estado fuera de sintonía con la región en temas clave que el BID debe seguir abordando, incluidos el cambio climático y la reforma fiscal progresiva.
  • Fundação Getulio Vargas (Brasil): la postulación de Claver Carone es una cachetada al Gobierno de Bolsonaro, que presentó su propio candidato. Muestra que EE. UU. no toma la candidatura propuesta por Brasil con seriedad.
  • Inter American Dialogue: en su periódico, Latin America Advisor, publica las opiniones de expertos en América Latina, funcionarios y exfuncionarios de la región y de EE. UU. La mayoría está en contra de que un estadounidense ocupe el cargo de presidente del BID.
  • American Enterprise Institute: los gobiernos deben fortalecer la capacidad del BID y de la OEA para enfrentar las amenazas al Estado de derecho y la seguridad, que son los componentes básicos del capitalismo democrático. Las economías de mercado y las democracias del Hemisferio Occidental estarían mejor dependiendo más unas de otras y menos de China. Tal realineamiento es urgente para las Américas, ya que vecinos afines cooperan para restaurar su prosperidad y asegurar su destino.
    Financial Times aconseja directamente que los gobiernos latinoamericanos no deben aceptar que el Gobierno estadounidense se apodere del banco de desarrollo más importante, tampoco deberían apoyar esta medida ni Europa, ni Canadá o Japón, que suman aproximadamente el 20% de los votos. Sintetiza: el multilateralismo importa.

 

¿Por qué postergar la elección?

  • Debe recordarse que cinco expresidentes latinoamericanos rechazaron desde un inicio la postulación de Claver Carone (Ricardo Lagos, Fernando Henrique Cardoso, Julio María Sanguinetti, Juan Manuel Santos y Ernesto Zedillo) argumentando que no respeta la tradición del BID y porque implica “un quiebre, con obvias derivaciones políticas, en el quehacer de uno de los instrumentos más eficaces para la convivencia hemisférica”.
  • Recientemente, seis excancilleres peruanos, entre ellos el canciller de Ollanta Humala, Rafael Roncagliolo, se sumaron al rechazo, advirtiendo que de ganar Claver Carone se profundizaría la subordinación de América Latina a EE. UU.
  • Plantearon entonces la necesidad de postergar las elecciones hasta pasadas las elecciones en EE. UU. Para solicitar la postergación, se debe contar con el 25% de los votos. Proponen, en principio, sumar el voto de Argentina (que tiene el 11%), el de México (7%) y los países europeos (10%), además de otros países latinoamericanos que quieran sumarse.
  • Advirtieron que, de postergarse la elección, podrían aparecer nuevos candidatos en América Latina, además de Gustavo Béliz (Argentina) y Laura Chinchilla (expresidenta de Costa Rica) que son los que se postulan actualmente (pero que no han logrado consenso).
  • Desde EE. UU., el senador Patrick Leahy (demócrata) ha solicitado el 26 de junio posponer las elecciones del BID hasta pasadas las elecciones presidenciales de noviembre, argumentando que la Presidencia debe ser para un representante latinoamericano (como tradicionalmente ha sido), que el perfil de Claver Carone es altamente controversial y llevará a más divisiones; que habrá tensiones y disputa de intereses en caso de que Joe Biden sea elegido presidente.
  • También la Washington Office on Latin America (WOLA) publicó el 9 de julio una carta solicitando que:
  • Se postule un candidato latinoamericano a la Presidencia para “preservar el multilateralismo y el pluralismo político”.
  • Se postergue la elección de presidente del BID hasta después de las elecciones en EE. UU. porque, en caso de que gane Biden (demócrata), su liderazgo podría ir en contradicción con el de Claver Carone (republicano).

 

Opinión de Abraham F. Lowenthal para diario Clarín (Presidente emérito del Consejo del Pacífico sobre Política Internacional)

El presidente del BID debe ser un latinoamericano.

En momentos en que las instituciones multilaterales intentan responder a los desafíos globales sin precedentes que se presentan hoy, una que ya funciona bien es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Fundado en 1959 y con sede central en Washington D.C., el BID tiene amplio reconocimiento por su importante papel de apoyar los esfuerzos para reducir la pobreza y la desigualdad latinoamericanas de un modo sostenible y facilitar la cooperación económica interamericana.

Sin embargo, el esfuerzo sin precedentes del presidente Trump para ubicar a un estadounidense en la presidencia del BID plantea el riesgo de distanciar a la región y politizar esta exitosa institución. Sesenta años de tradición –de conducción latinoamericana del BID- no deberían echarse por la borda en las elecciones presidenciales del banco, actualmente programadas para mediados de septiembre.

Como mayor fuente de financiamiento para el desarrollo de nuestro hemisferio, el Banco Interamericano de Desarrollo canaliza unos 12.000 millones de dólares anuales en préstamos a los países de América Latina y el Caribe para sostener proyectos minuciosamente revisados de infraestructura, modernización del Estado, educación y programas sociales.

Anualmente, el BID financia más proyectos en América Latina que cualquier otro banco multilateral de desarrollo, incluido el Banco Mundial, y ha construido relaciones y una reputación de resolución de problemas y creación de sociedades público-privadas que contribuyen de manera importante al desarrollo de la región. Es más, la significación del banco debería ser aún mayor en el futuro, en tanto América Latina lidia con el triple revés del COVID-19 (con el 28% de las víctimas del mundo hasta ahora), la caída económica más pronunciada de cualquier región en desarrollo (que este año se proyecta como un crecimiento negativo de 9,4%) y marcada agitación social en muchos países, impulsada por la profunda frustración de una clase media que recae en la pobreza y la precariedad.

Ese es el contexto de la candidatura sin precedentes presentada este mes por la administración Trump en favor de un ciudadano estadounidense –un colaborador de la Casa Blanca- para que actúe como quinto presidente del BID y el primero proveniente de los Estados Unidos.

El sorpresivo anuncio estadounidense ha provocado una tormenta de reacciones negativas en América Latina. Cinco presidentes latinoamericanos recientes –Fernando Henrique Cardoso de Brasil, Ernesto Zedillo de México, Ricardo Lagos de Chile, Juan Manuel Santos de Colombia y Julio Sanguinetti de Uruguay— todos hombres de Estado sobresalientes y cordiales amigos de los Estados Unidos, efectuaron una fuerte declaración para oponerse. Esta semana, el presidente conservador Sebastián Piñera de Chile pidió que se aplace la elección hasta 2021. Y la Unión Europea está reclamando a los países miembros que son accionistas del BID que también apoyen un aplazamiento.

La administración Trump presiona a los gobiernos latinoamericanos para que mantengan la fecha de septiembre y apoyen la candidatura, ofreciendo como zanahoria la inminente renovación de capital del banco y blandiendo como palo la posibilidad de no entregar la asistencia para la pospandemia, como parte de un esfuerzo para asegurarse votos.

Sin embargo, la oposición a la candidatura se está fortaleciendo, en especial en Argentina, México y Perú, en tanto Chile ya la ha anunciado Esto no tiene que ver con el candidato del presidente Trump, que posee antecedentes relevantes en asuntos económicos, financieros e internacionales, aunque, a diferencia de los presidentes actual y anteriores del BID, no ha prestado servicio como ministro del gabinete y no aportaría esa dignidad.

Pero la principal objeción a su candidatura es que pasa por alto un compromiso y una práctica de sesenta años, iniciados con los auspicios del presidente Eisenhower, que estipulaban que el banco tendría su sede en Washington, un presidente latinoamericano y un vicepresidente ejecutivo estadounidense.

Esta fórmula ha funcionado bien durante seis décadas, años en los cuales los países latinoamericanos aumentaron su aporte de capital y su sentido de propiedad e hicieron que los préstamos y los programas del banco fueran cada vez más eficaces.

Estados Unidos es el mayor contribuyente y accionista del BID, pero la decisión del presidente Eisenhower de acceder a una conducción latinoamericana del banco es coherente con el enfoque estadounidense tradicional de posguerra respecto de las organizaciones multilaterales por las que él abogaba: influencia sí, pero dominio de un país, no.

Algunos piensan que el esfuerzo sin precedentes de la administración Trump para colocar a un estadounidense en la presidencia del BID es una forma de contrarrestar la creciente influencia china en América Latina. Sin embargo, la forma indicada de refrenar la influencia china no es secuestrar una exitosa institución multilateral sino fortalecer una cooperación interamericana significativa para satisfacer las necesidades económicas y sociales.

Nombrar a un estadounidense como titular del BID poco antes de una elección presidencial estadounidense plantea el riesgo de marginar y politizar la institución, sobre todo si los votantes estadounidenses eligen una nueva dirección en noviembre.

La pandemia ha demorado o llevado al plano virtual muchas reuniones multilaterales. El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, por ejemplo, pospuso su reunión anual debido a la pandemia. El BID pospuso su reunión anual de septiembre seis meses por la misma razón. También debería aplazar hasta marzo de 2021 la votación para elegir nuevo presidente. Esa es la medida prudente.

Y, al mismo tiempo, el gobierno estadounidense, ya sea que lo encabece el presidente Trump o el presidente Biden, debería volver a la norma consagrada de que el presidente del BID sea un latinoamericano. Si las cosas funcionan, déjenlas como están.