En los distintos puntos de observación de la provincia de San Juan, Argentina, y la Región de Coquimbo, Chile, se vivió un clima de emoción a flor de piel.

En el momento en que la luna comenzó a superponerse con el sol, sanjuaninos, coquimbanos y turistas extranjeros que viajaron especialmente para disfrutar de este fenómeno astronómico, comenzaron a prestar atención al cielo, con los lentes de protección adecuados.

Hasta ahí, el fenómeno era más o menos lo que todos imaginaban. Pero faltando cinco minutos para que la magia suceda, la temperatura comenzó a descender considerablemente, el paisaje comenzó a teñirse de oscuro y los grupos familiares y de amigos comenzaban a agruparse más.

En la hora exacta marcada por los científicos, la fase total del eclipse brilló en el cielo, como la joya más cara que alguien podrá ver en su vida. Brillante, imponente, aparentemente cercano. Gritos de emoción colmaron las zonas de observación. De esto hablaba el mundo entero. No en vano dicen los astrónomos: “una vez que vez un eclipse, te hacés adicto”.

*La fotografía destacada que ilustra la nota ha sido tomada por el fotógrafo de San Juan Hipólito Díaz, quien la compartió en sus redes sociales.