La reciente participación del presidente de CAEM (Cámara Argentina de Empresas Mineras), Roberto Cacciola; Ernesto Cusianovich, de la consultora Poliarquía; y Rolando Dávila, secretario ejecutivo de la Cámara de Comercio Chileno-Argentina, en el panel Energía & Minería organizado por Ámbito Debate, trae al primer plano temas estratégicos para el futuro de la minería en la región binacional: cobre, litio, normativa (RIGI), proveedor local y la Ley de Glaciares.
Los ejes del debate y los desafíos comunes concluyen en una visión binacional de cooperación Chile-Argentina:
- Rolando Dávila destacó la importancia de concebir la minería como una actividad que ya es (y no solo debe ser) binacional. La complementariedad entre proyectos de cobre en ambos países puede generar sinergias en cadenas de valor, infraestructura y mercado. Planteó que la cooperación puede potenciar el desarrollo argentino, no en un modo dependiente, sino como un socio estratégico en el contexto global.
¿Qué significa todo esto para San Juan y la región de frontera?
San Juan —con su patrimonio geológico, situación estratégica frente a Chile y su vocación minera histórica— tiene la posibilidad de jugar un rol central en el nuevo paradigma de integración binacional. Algunas implicancias clave:
- Capacitación y empleo local:
Si efectivamente se priorizan las posiciones de menor capacitación para la mano de obra local, San Juan puede transformarse en un centro de formación técnica minera. Esto permitirá elevar los ingresos de las familias y disminuir la migración laboral hacia otros centros mineros. - Desarrollo de proveedores regionales:
Las empresas locales (pymes, cooperativas, proyectos de emprendedurismo) pueden insertarse como proveedores de bienes y servicios para la industria minera, siempre que existan reglas claras, niveles de calidad y competencia leal. - Infraestructura y conectividad binacional
La complementariedad con Chile exige mejoras en corredores de transporte, energía, logística aduanera, puertos y pasos fronterizos. Invertir en estas infraestructuras no solo beneficiará al sector minero, sino también al comercio, turismo y poblaciones locales. - Sostenibilidad ambiental y social
En el debate público y político permanecerá presente la tensión entre desarrollo minero y protección ambiental (glaciares, cuencas, recursos hídricos). San Juan deberá articular mecanismos de monitoreo, participación comunitaria y transparencia para equilibrar esos intereses. - Visibilidad internacional y posicionamiento estratégico
En un contexto global de creciente demanda por minerales críticos, San Juan puede posicionarse —junto con Chile— como una provincia binacional capaz de ofrecer estándares confiables, estabilidad jurídica y producción responsable.
Propuesta de acción común
Para que esta visión se concrete, la región binacional debe impulsar:
- Mesas de trabajo conjuntas entre provincias argentinas y chilenas limítrofes, con representantes gubernamentales, empresas y comunidades.
- Programas de fortalecimiento de proveedores locales, con asistencia técnica, financiamiento y certificaciones.
- Planes de capacitación minera para jóvenes sanjuaninos y de regiones fronterizas chilenas.
- Un pacto ambiental binacional que aclare la aplicación de la Ley de Glaciares, con protocolos operativos compartidos y mecanismos de seguimiento.
- Financiamiento público-privado para infraestructura de comercio, energía y transporte en los corredores limítrofes.
Desde Región Binacional creemos que es el momento propicio para reinventar la integración Argentina-Chile desde la minería, y San Juan tiene mucho por ganar si logra asumir un rol activo, articulado y estratégico.