Viajar a Chile en los tours de compras se convirtió en un furor durante los últimos meses y genera largas filas en el Paso Cristo Redentor, en Mendoza.
Más de 50 colectivos cruzan a Chile por día, generando demoras que en fines de semana largo o temporada alta de vacaciones, son promedio de 10 horas.
En San Juan estos micros tienen hasta cuatro viajes por semana. Los pasajes ida y vuelta cuestan $55.000 en promedio y algunos tienen servicios de guía para quienes no conocen los negocios más convenientes para el bolsillo.
El ranking de compras no varió en los últimos meses. El top 3 está conformado por celulares, notebooks y ropa deportiva. También calzado, jeans y electrodomésticos -hornos eléctricos y microondas-. El ticket de compra por turista oscila entre los 500 dólares.
Los inconvenientes tienen que ver con las largas filas en la Aduana. Dentro de los controles aduaneros, puede haber azar: “Depende lo que traigas y con quien vas. Hay tours que están marcados y son más estrictos”. No sería ninguna rareza que intensifiquen las multas, siendo un hecho que viene ocurriendo durante las últimas semanas. El promedio de multa, en base a un excedente de 200 dólares, es de 60 mil pesos por persona.
A veces también los incidentes tienen protagonismo, como fuertes discusiones entre los choferes de colectivos de línea y tours, ya que los primeros tienen prioridad porque deben obedecer horarios de las empresas de transporte. “Nostros estábamos desde las 21 horas y les dieron paso a ellos porque tienen que cumplir con la hora”.
El crecimiento acelerado de este fenómeno generó problemas logísticos. La Aduana del Paso Cristo Redentor no da abasto. Los controles son complejos y terminan en negociaciones para establecer alguna multa “simbólica” a los participantes del tour. Cruzar con mercadería para fines comerciales no está permitido. Al mismo tiempo, parece imposible poner fin a la maniobra con las condiciones actuales.
Es por eso que la Aduana decidió implementar cambios en el protocolo. A partir de ahora podrá ingresar un colectivo por vez al edificio aduanero. El resto de los autobuses deberán hacer una cola y aguardar a tres kilómetros de distancia.
Pero esto, según algunos participantes “lejos de acelerar el proceso, lo hace aún más lento”. Para más, en la zona hablan de un déficit de personal aduanero de entre 20 y 30 empleados.