El subdirector del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, Mario Pardo, señala que el fenómeno no reviste una situación de preocupación y que se encuentra dentro de la normalidad dentro de la sismicidad del país. No se puede descartar que sigan ocurriendo, pero el llamado, como siempre, es a estar preparados.

Hasta las 17:00 horas de este martes eran 8 los sismos que se habían producido en la Región de Coquimbo según la página del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile (CSN). Tres de ellos fueron percibidos con bastante intensidad por la población, el primero el mediodía día del lunes, de 5.0° Richter; el segundo durante la tarde del mismo día, de magnitud 4,7° Richter y un tercero la madrugada del martes, de 4.5° Richter, lo que por supuesto ha generado preocupación en los habitantes de la zona.

No obstante, el subdirector del CSN, Mario Pardo, hizo un llamado a la calma e indicó que los movimientos telúricos obedecen a réplicas de los dos últimos eventos que ha tenido la región el 2015 y el pasado 19 de enero de 2019.

El experto explica que en la zona se están dando 2 tipos de fenómenos, que se diferencian según sus profundidades. “Son dos tipos, uno que es profundo, que está relacionado con los eventos de hace algún tiempo atrás, que causó algunos daños en la zona (enero 2019) y los otros son de subducción clásicos, que son los típicos que ocurren en la región y sobre todo posterior al terremoto de 2015, que todavía persisten en la zona”, detalló.

Los tres sismos más fuertes que se mencionan, dice, tendrían un foco más profundo y estarían relacionados con lo ocurrido hace poco más de un mes “pero está todo dentro de lo esperado entre comillas, porque todo esto es probabilístico”.

En este sentido, recalca que “es por la actividad que ha ocurrido recientemente en la región, van a existir por un tiempo más con eventos sensibles, esporádicamente van a tener sismos sensibles, pero es lo normal viviendo en Chile”.

Asimismo, agrega que “ese (enero) fue un evento profundo que generó algunos daños en construcciones rígidas, sobre todo adobe en la zona. Se parece mucho al terremoto de Punitaqui de 1997, hay actividad asociada a ese evento que es más profunda y actividad asociada al evento de 2015, que todavía persisten algunos eventos que son de magnitudes menores”, recalca.

¿Podrían continuar?

En cuanto a si se va a seguir produciendo en los próximos días, Pardo reiteró que los temblores no se pueden predecir. “Viviendo en Chile es lo esperable, pero no podemos hacer ningún pronóstico de qué va a ocurrir a futuro con los eventos sísmicos”.

Por tanto, enfatiza, la recomendación es la de siempre “estamos viviendo en un país sísmico en la cual tenemos que estar siempre preparados frente a la emergencia que puede generar un terremoto de diferentes magnitudes, que pueden generar diferentes daños”.

Diferencias entre 2015 y 2019

En relación al por qué muchas personas señalan que percibieron el terremoto del pasado 19 de enero con características muy similares al de 2015, pese a la diferencia en su graduación, Mario Pardo manifiesta que el primero de ellos se dio de la placa subductada, bajo el contacto entre la placa de Nazca y Sudamericana.

“La diferencia es que ahí se rompe la placa y libera mucha energía en corto tiempo y eso hace vibrar con mucho mayor velocidad el suelo y eso genera daños en estructuras más rígidas como el adobe, que es lo que se observó en la región”

Los otros sismos, entre las dos placas (2015) generan la misma energía, pero la liberan en un poco mayor cantidad de tiempo “entonces las liberaciones son un poco más lentas y eso no afecta tanto las estructuras más rígidas. Por eso un sismo de igual magnitud no genera el mismo daño siendo profundo o siendo entre las placas y esa en la diferencia fundamental”, puntualiza.

¿Por qué cambia la intensidad?

Tras el sismo del mediodía del lunes, se informó preliminarmente que tenía una intensidad de 5.6° Richter, pero luego ésta bajó a 5.0°. Lo mismo ocurrió con el de las 19:54 horas, que se informó inicialmente era de 5.3°Richter, pero luego descendió a 4.7°.

Respecto de esta variación, Mario Pardo explica que los primeros antecedentes que emiten en su página web constituyen una información preliminar. “Nuestro protocolo es informar antes de 5 minutos de ocurrido un evento la información preliminar tanto a Onemi como al SHOA, para que se evalúe y emita algún informe sobre si existe la posibilidad de un tsunami y a la Onemi para que tome las medidas de gestionar la emergencia en el caso que exista algún daño asociado”.

Pero luego, indica, antes de los 20 minutos de ocurrido el evento, el convenio es tener un informe final, preparado por los analistas que están trabajando 24 horas al día 7 días a la semana. “Ellos emiten el informe final. Los dos informes salen en la página web, pueden haber diferencias tanto en la localización como en la magnitud, pero son pequeñas, no son sustantivas”, detalla.

Fuente: Diario el Día (Chile).