El ex embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, escribió un ensayo en el Diario El Mercurio de Chile, sobre la relevancia del proyecto del Túnel de Agua Negra, que tendrá efecto directo en las comunidades locales de Coquimbo y San Juan.
Viera-Gallo, escribe lo siguiente:
“La conexión terrestre con Argentina es vital para las relaciones bilaterales y para el desarrollo de Chile: por nuestros puertos, debidamente modernizados, deberían salir crecientemente las mercancías del interior de Argentina, sur de Brasil y Paraguay. El nuevo tratado de libre comercio entre Argentina y Chile favorece la formación de cadenas de valor y empresas integradas, que podrían exportar a los mercados a los cuales nuestro país tiene un acceso preferencial.
Por eso causa sorpresa y desaliento el atraso en la implementación del túnel de Agua Negra, que uniría la Provincia de San Juan con la Región de Coquimbo y serviría para viabilizar un corredor bioceánico. El proyecto está técnicamente definido, cuenta con financiamiento del BID, se han hecho los estudios de mitigación de impacto ambiental y se llamó a concursar a las empresas interesadas. Además se pondría en marcha un observatorio subterráneo de rayos neutrinos, que vendría a ser el único del hemisferio sur. Parece haber surgido, a última hora, una objeción relativa a la existencia de una falla geológica que aumentaría los costos, según han dejado saber las autoridades chilenas provocando sorpresa en nuestra contraparte.
Por la importancia de esta obra, es fundamental que el punto se aclare con precisión meridiana y que el ente binacional Ebitan dé una explicación satisfactoria a la opinión pública de ambos países y al BID, en especial a los habitantes de San Juan y Coquimbo, que por años vienen impulsando esta importante iniciativa. ¿El proyecto se posterga, se abandona o se redefine?
Una información igualmente clara debería darse sobre el proyecto del túnel de Las Leñas, que conectará la Región de O’Higgins con Malargüe, al sur de Mendoza, que también ha sufrido retrasos inexplicables. En cambio, cabe celebrar los avances en los pasos Cristo Redentor, San Francisco y Pehuenche.
Argentina y Chile deben seguir trabajando con mayor ahínco en su integración física, tanto rodoviaria como ferroviaria”.





